miércoles, 29 de mayo de 2013

La palpable injusticia


Desde luego tengo la negra. Porque a ver. ¿Que culpa tengo yo? Mire usted. Estaba viendo tranquilamente el partido. Y mi costilla, venga a dar la tabarra: ¡Vamos a casa de mi madre, deja la tele, vámonos ya!
Y así todo el rato. Yo, «espera, un momento, enseguida acaba, espera» y nada, seguía con la murga.
Hasta que de pronto se acerca y desenchufa la tele ¡en el momento en que iban a tirar un penalti!
Le tiro el tercio a la cabeza. Lo esquiva, resbala, se cae y se da con la esquina de la mesa. Se escalabra. Me lanzo a encender la tele ¡y ya habían tirado el penalti! Luego me entero. El hijo de puta del portugués lo había fallado. Total, perdimos el partido y la liga.
¿No es mala suerte? Sí, cuando llegó el médico estaba ya tiesa, y ahora me acusan a mi. ¡Qué injusticia!
Y por si fuera poco, me he enterado que de el cabrón del juez que me ha tocado ¡es del Atleti!

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