domingo, 24 de octubre de 2010

Fan

Vio un arremolinamiento tumultuoso de la gente y acuciado por la simiesca curiosidad se acercó presto. Se trataba de la llegada al hotel de un populachero seudocantante.
Con expresión de terrible embobamiento estúpido se quedó contemplándolo como hacían todos. Al percatarse, pretendió aparentar indiferencia y hacer desaparecer esa expresión de estúpido embobamiento.
Luego comentaría despectivamente el suceso, despotricaría contras el sujeto y los imbéciles que le seguían, todo desde su superioridad intelectual.
Pero allí permaneció, con la expresión de embobamiento estúpido hasta que el personaje desapareció dentro del hotel y la muchedumbre se fue disolviendo.

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