jueves, 21 de octubre de 2010

Homicidio frustrado

a Belén

Pretextando agotamiento pidió que no le llamasen hasta el día siguiente. Cerró la puerta con llave, se escabulló por la puerta trasera y emprendió la carrera hacia Madrid.
Su casa estaba oscura. Directamente entró en la habitación y estranguló a la mujer. La sirvienta la encontraría por la mañana. En veinte minutos simuló un robo. Lo tenía ensayado. Repitió la carrera hacia Valencia.
Desayunaba cuando llegó la policía.
─ Hagan lo que sea, inspector, para detener al que ha matado a mi mujer.
─ Nadie la ha matado.
─ Pero ¿no me ha dicho...?
─ No la mataron, dos horas antes de la agresión murió de un ataque cardíaco.

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