Cuando despertó, comprobó que tenía casi todo el cuerpo cubierto de pelo. Un pelo que en realidad, solo desaparecía en las palmas de las manos. No pareció preocuparle. Era recogidita y proporcionada. La verdad es que tenía bastante éxito entre los individuos del sexo opuesto, y las mujeres murmuraban envidiosas a su paso.
Después de arrojar una mirada cariñosa a sus retoños que descansaban en el fondo y comprobar que ellos permanecerían durmiendo algo más, salió de su morada desperezándose y tras satisfacer las necesidades perentorias, se dirigió a procurarse algo de alimento para el desayuno.
No llegó muy lejos. Una avalancha la sepultó a escasos metros de su domicilio. Toneladas de piedras y barro acabaron con su vida.Cuando tres millones de años más tarde la encontraron, a los científicos no pareció importantes lo más mínimo que estuviese o no recubierta de pelo.
Después de arrojar una mirada cariñosa a sus retoños que descansaban en el fondo y comprobar que ellos permanecerían durmiendo algo más, salió de su morada desperezándose y tras satisfacer las necesidades perentorias, se dirigió a procurarse algo de alimento para el desayuno.
No llegó muy lejos. Una avalancha la sepultó a escasos metros de su domicilio. Toneladas de piedras y barro acabaron con su vida.Cuando tres millones de años más tarde la encontraron, a los científicos no pareció importantes lo más mínimo que estuviese o no recubierta de pelo.
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